CASADOS, de María Amelia Schaller
Él, con minuciosa crueldad, ridiculizaba cada sueño, cada logro, cada opinión de ella.
Murió loca. La sepultaron en tierra.
Años después le tocó a él. Por la noche su mano atravesó obstáculos hasta encontrar los huesos de la de ella. Los abarcó amorosamente y descansó.
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