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Elogio de la brevedad

LA FOTOGRAFÍA, de Amalia Esther Frugoni Zavala

La gente va y viene; se detiene; admira vidrieras; recorre puestos de antigüedades. La plaza engalanada con hojas otoñales. Tapiz, remolinos, montones; calidoscopio sensual que la brisa crea. Es un San Telmo preparado para turistas  y para paseantes que buscan imágenes originales.

En la mitad de una cuadra, adherido a la pared, Carlos Gardel sonríe desde un afiche, anuncia un espectáculo: dice” que la vida es hermosa”. Sentado en la vereda, apoyada su cabeza sobre el dibujo, está un hombre que parece parte del entorno producido. Es un personaje singular. Sin edad. Cabello enrulado rubio entrecano. Ojos, tristemente vivaces. De las orejas penden aros fabricados con tapas de gaseosa atadas con piolín. En los dedos, anillos de gomitas coloreadas. Viste camisa de dudoso tinte; chaleco con tiras de papel a modo de flecos. Lo visible de su pantalón, semeja una bolsa. Las piernas se acuestan sobre un piso salpicado de colillas refumadas, las tiñen de hollín; rematan en dos pies con costras, parcialmente envueltos en arpillera. El grupo de estudiantes de fotografía, al que pertenezco, se acerca. Sonríen ante el hallazgo. Lo bombardean, clic, clic, clic, desde las cámaras. Pasan y se van...buscan otro objeto de interés... Quedo rezagada. Quieta. Él me mira; sostengo sus ojos. El adentro de la mirada me conmueve.

—¿Y vos?¡ Dale! ¿ O tengo que ponerme mejor?. Al moverse, quedan al descubierto varios libros, sucios de uso y de calle. Los acomoda, hojas sueltas entre tapas flojas... Neruda, W. Whitman... Girondo... Baudelaire... 

—¿Estoy bien?

—Prefiero que me cuentes sobre ellos...

—¿Y la foto?

—Después. 

—Es que vienen otros “gringos...”

—Entonces, volveré.

—Con una condición... que me hagas la foto y me la muestres.

Clic, clic, clic. Me alejo: llevo una mirada engarzada en la mía.

Al revelar, selecciono un negativo. Me gusta. Lo copio: Solamente sus ojos y sus libros. Todo él. Ahora espero ansiosa, el momento del reencuentro...

 

4 comentarios

Pedro Rebollal -

Dulce radiografía de mi Buenos Aires, repleto de turistas que la pisan y se llevan sus perfiles, retractados en sus cámaras digitales, imágenes surrealistas de gente surrealista de mi Argentina, surrealista.

Hermoso Amalia, siempre bello lo tuyo, besos

Horacio -

Hola Amalia. Muy lindo "minicuento". La fotografía ya está desde el comienzo, cuando tus líneas describen la Plaza Dorrego.
Me hizo acordar a una definición de Cartier Bresson: "la fotografía es el arte de alinear el objeto, la lente y el corazón". A los otros del grupo les faltó el último punto. A vos, evidentemente, no.

Raquel y Jorge -

Amalia: Tu cuento es una verdadera fotografia de la situación, cierro los ojos y veo al hombre y sus libros. Me gustó mucho Besos

nicolas ciancio -

HOLA DE NUEVO ABU este me lo leiste ayer AJAJAJAJ esta re bueno y te felisito por salir 2 veces en esta página
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